4/6/22

¿Por qué se llaman "Suertes" ?


Después de la conquista de Vélez- Málaga en 1487 por parte de los Reyes Católicos, estos dispusieron repartir las casas y las tierras disponibles entre los conquistadores y pobladores cristianos.  Las tierras pegadas a la mar y de mejor calidad fueron adjudicadas mediante Mercedes a los nobles y caballeros que habían ayudado militarmente a la conquista y que podían mantener la seguridad de sus posesiones. 

La unidad de reparto era la Peonía, es decir, la tierras que correspondían a cada vecino que fuera peón.

1 Peonia estaba dividida en 11 suertes distintas, incluida la suerte de vivienda. Se llamaban suertes porque se adjudicaban mediante un sistema de sorteo un tanto enrevesado.

El caballero recibía 2 peonías.

El criado real recibía 3 peonías. 

Las suertes eran:

1º.- 1 o 2 casas
2º.-  La Suerte de Alcacer (para cultivar cebada verde),
3º.- La suerte mayor
4º.- La suerte segunda
5º.- La Suerte del Real (se llamaba así porque eran sitios donde habían apostado los ejércitos de Vélez).
6º.- La suerte de regadío
7º.- La de huerta.
8º.-  La de viña
9º.-  La de olivo
10.- El higueral
11.- El almendral.

Con frecuencia las Suertes estaban alejadas unas de otras, incluso en distintas poblaciones, por lo que a la mayoría de los repobladores les resultaba costoso, incomodo o imposible mantenerlas. Ello dio lugar a que en poco tiempo se produjeran ventas o cambios de unas por otras, de los que se beneficiaron los más pudientes. Con el tiempo se produjo alguna concentración de tierras en algunas manos, nunca llegando a las dimensiones de lo que conocemos por latifundio en la Andalucía occidental.
Es claro que una de las causas y origen de la población diseminada fue este sistema de reparto. 
Al principio probablemente se tendiera a vivir en lo alto de las lomas y los cerros por motivos de seguridad. No desapareció ese tipo de emplazamiento y tenemos muchos ejemplos de casas o cortijadas de Benajarafe en zonas altas, pero a partir de mediados del siglo XVIII, en el que las costa ya era más segura, la población se atrevió a situarse en las lomas bajas y en las cercanías de los arroyos. Ya a finales del  XIX es curioso observar en los mapas la disposición de numerosas casas en ambas márgenes de los arroyos donde estaban situadas las suertes de regadío y las huertas. También había a mediados del siglo XIX algunas casas cerca del mar sobre todo en la zona del Rio de los Arquillos,  al que se daba el nombre de Pago*. 


*Los escribanos utilizar varios términos para designar la localización de haciendas, fincas, suertes, casas o cortijos.  Se refieren a Lugares, Sitios o Pagos y a veces lo escribían con Mayúscula. No se si eran categorias diferentes, aunque creo que Pago si lo era, y podía significar que ese lugar Pagaba un Censo a su verdadero dueño que por regla general para las tierras de Almayate, Benajarafe y Chauchilla eran los sucesivos Marqueses  de Mondejar. 


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